SEMANAS DEL 8 AL 20 DE ENERO
Terminó la Navidad y con ella se fueron nuestras vacaciones, nuestros días de descanso y de pasar tiempo con la familia, amigos…Me niego a volver a decir eso de “vuelta a la rutina”, ¡lo odio! Yo lo veo más como… no se… vuelta a los días de trabajo y estudio para dentro de nada volver a descansar, porque..rutina significa algo que haces todos los días y de costumbre y otra cosa no, pero en época de instituto, ningún día va a ser igual.
Estas
vacaciones me han servido de mucho para reflexionar y poder abrir
los ojos de una manera peculiar. Es cierto que todos estamos
esperando las ansiadas vacaciones para poder descansar, acostarnos
tarde y levantarnos ya pasadas las 12.. pero, en el fondo, prefiero
los días de colegio. ¿Qué por qué? Al fin y al cabo, te pasas el
día entero con tus amigos que son tu segunda familia, y aunque nos
quejemos de las clases, lo cierto es que son muy divertidas. Os voy a
contar algo curioso que puede que solo me pase a mí:
Mi perspectiva el primer día que volvimos a las clases era muy mala, entré con la mente negativa y modo “depresiva” hasta que, en la última clase, abrí los ojos...¿qué como? Al estar sentada en la última fila, tengo un muy buen plano de la clase en general y hubo un momento en el que, me dispersé un poco del profesor y de mis compañeros y me centré solo en mi cabeza. Esa imagen de ver a todos mis compañeros reír felices, congeniando con el profesor y compartiendo entre nosotros momentos y anécdotas de todas las fiestas de esta Navidad, fue algo… me atrevería a decir mágico. Justo en ese momento pude ver la gran familia que habíamos formado a pesar de todo. En ese momento me dí cuenta de cual era mi mejor regalo de reyes, y era el poder haber disfrutado todas las Navidades con ellos. Porque, si de verdad hay algo que te marca la adolescencia son tus amigos, las clases, las aventuras que vives con ellos, las locuras…Puede que algunos entiendan este sentimiento, o quizás nadie me entienda pero lo que si sé, es que pase lo que pase ellos van a formar parte de mí y bueno, puede que sea pronto para decirlo pero, han marcado mi adolescencia… Así que aprovecho para daros las gracias y deciros que os quiero. Ahora sí que sí, los alumnos de 3º están aquí, lo que significa que...¡a por todas y a comernos este trimestre!
Mi perspectiva el primer día que volvimos a las clases era muy mala, entré con la mente negativa y modo “depresiva” hasta que, en la última clase, abrí los ojos...¿qué como? Al estar sentada en la última fila, tengo un muy buen plano de la clase en general y hubo un momento en el que, me dispersé un poco del profesor y de mis compañeros y me centré solo en mi cabeza. Esa imagen de ver a todos mis compañeros reír felices, congeniando con el profesor y compartiendo entre nosotros momentos y anécdotas de todas las fiestas de esta Navidad, fue algo… me atrevería a decir mágico. Justo en ese momento pude ver la gran familia que habíamos formado a pesar de todo. En ese momento me dí cuenta de cual era mi mejor regalo de reyes, y era el poder haber disfrutado todas las Navidades con ellos. Porque, si de verdad hay algo que te marca la adolescencia son tus amigos, las clases, las aventuras que vives con ellos, las locuras…Puede que algunos entiendan este sentimiento, o quizás nadie me entienda pero lo que si sé, es que pase lo que pase ellos van a formar parte de mí y bueno, puede que sea pronto para decirlo pero, han marcado mi adolescencia… Así que aprovecho para daros las gracias y deciros que os quiero. Ahora sí que sí, los alumnos de 3º están aquí, lo que significa que...¡a por todas y a comernos este trimestre!
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